lunes, 31 de enero de 2011

Entradas antiguas

Para los que quieran ir abriendo boca antes de la publicación del libro, en las entradas antiguas del blog hay algunos capítulos de Un recuerdo en la pared, dos o tres capítulos, espero que os guste y comrpéis el libro.

No se puede negar lo evidente

Chic@as, aunque se me antoje irreal, es real, tanto, que esta mañana me llamó mi editor dándome la fecha y la hora de la presentación del libro.
Será el 24 de Febrero a las 19:30 de la tarde en la Biblioteca Municipal de Las Palmas, a mis seguidores que viven lejos y no pueden ir les digo que ojalá pudiérais estar, me encantaría, y a los que si viven en la isla os digo ¡NO ME FALLÉIS!.
Tengo que vender esos 75 ejemplares y sin vuestra ayuda no lo conseguiré, así que ese día quiero veros a todos llenando la biblioteca y echándome un cable.
Crucemos los dedos para que la presentación sea un éxito y no solo venda los 75, también para que haya gente que tenga que esperar a la publicación para conseguir uno y que la sala se llene no solo de gente que me quiere y me apoya, también de cualquiera que pase por ahí, le interese y confíe en una autora novel y se lleve el libro.

sábado, 29 de enero de 2011

Un sueño que toma forma

Y yo sin creérmelo, estoy como en una nube y me parece surrealista todo lo que me está pasando.
Es curioso como la sensación y la certeza absoluta de estar cumpliendo un sueño, o a un paso de cumplirlo se me antoje eso, un sueño, como si no fuera verdad a pesar de tenerlo delante, de no haber duda alguna, aún así yo sigo sin creerlo, sigo con mi vida mientras el sueño se va "gestando" y algunas veces, al despertar, tengo la sensación de que lo he soñado todo, pero luego veo las evidencias y me doy cuenta de que sí, me está pasando de verdad y no es un sueño.
Y aún así sigo sin creérmelo XD.



martes, 25 de enero de 2011

A un paso de lograr mi sueño

Hace un tiempo me puse en contacto con la editorial Atlantis, comentándoles que era una autora novel de 21 años que quería cumplir un sueño, y explicándoles brevemente como era mi literatura.
Días después, via e-mail, me pidieron amablemente que les enviara el borrador íntegro en PDF y así lo hice.
Hoy he recibido una carta urgente de la editorial, una carta de dos páginas, en las que me resumen de principio a fin mi novela, dejando constancia, con detalles incluídos, de que la han leído íntegra, después de ese resumen me dicen lo siguiente:
"Estimada Nereida:
Me dirijo a ti con el fin de comunicarte que estoy interesado en editar Un recuerdo en la pared.
Se trata de una novela romántica para un público juvenil, sin más pretensiones que las de contar una historia de amor, con sus puntos álgidos y sus contratiempos, si bien el ritmo es ágil.
Con la frescura que aporta todo autor en ciernes he de reconocer que la experiencia de la lectura ha sido muy agradable. Mi más grata enhorabuena. En cuanto te pongas en contacto con nosotros, te informaremos de todos los pasos y comenzaremos a trabajar con el libro"

¿Puede ser que lo haya conseguido por fin?

lunes, 24 de enero de 2011

Cuando una puerta se cierra, se abre una ventana

Hace más de un mes mandé mi borrador a tres editoriales diferentes, una de ellas fue la Editorial Luis Vives y hoy he recibido una carta suya, lo cual ya es una demostración de su seriedad como entidad literaria.
La carta decía lo siguiente:
"Estimada Srt. Rodríguez:
Le agradezco que haya pensando en la Editorial Luis Vives y nos haya enviado su obra, "Un recuerdo en la pared".
La leeremos con gran interés y atención. Si el original que nos remite no se ajustara a nuestra línea editorial, se lo comunicaríamos. Pasado un mes prodeceremos a su destrucción, salvo que venga o envíe a alguien a retirar su proyecto.
Sin otro particular, reciba un cordial saludo"

Bueno, no es un "sí, te vamos a publicar el libro", pero al menos no es un "no, no nos interesa", esperaré pacientemente que la lean y me respondan, rezando para que les guste. Sin olvidar a Ediciones Bohodón, que quedó en contactar conmigo dentro de tres meses, si su situación financiera hubiera mejorado.
Nunca hay que perder la esperanza y sobre todo, seguir luchando, y confiar en uno mismo y sus posibilidades, en su talento.

sábado, 22 de enero de 2011

Reescripción Capítulo 2

CAPÍTULO 2

Chelsea lo despertó a las cinco de la madrugada, como siempre hacía, ella debía estar en casa a las seis, hora en que su padre y su hermano se levantaban para ir al muelle, o bien a pescar, o bien a embarcarse un par de días en alta mar, en esta ocasión se embarcaban cuatro días, si no más con un poco de suerte.
-Vamos, Mike, o me marcharé y te dejaré aquí.
-No, pequeña, quédate un rato más.
-Sabes que no puedo, ¿no te toca el primer turno?.
-Sí.
-Con más razón, lárgate antes de que llegue George, como te pille aquí se dará cuenta de todo.
-Está bien, gruñona, ya me voy-dijo levantándose y buscando sus pantalones-¿Que vas a hacer hoy?.
-Tengo turno de tarde, me iré a casa después del trabajo a disfrutar de la paz de la soledad.
-Podría pasarme.
-Como quieras-dijo ella saliendo por la puerta-Cierra, por favor.
-Descuida.
Mike cerró la cafetería, fue a casa, se cambió y regresó a la cafetería donde George, el dueño, lo esperaba dentro.
-Llegas diez minutos tarde, Mike-le dijo George.
-Lo siento, me he quedado dormido.
-Saliste anoche, ¿verdad?.
-Sí, pero no pienses que volví tarde y que por eso me quedé dormido, pasé por aquí, Chelsea tenía el último turno y vine a ayudarla.
-Siempre pones la misma excusa.
-Es cierto, pregúntale a ella si no me crees.
-Vamos, Mike, ella siempre te cubre.
-Está bien, gordinflón, no me creas.
Para Mike, George era como su tío, era íntimo amigo de su padre desde jóvenes, luego pasó a ser íntimo de toda la familia y también sentía un cariño paternal por Chelsea. Era gordo y alto, medía 1'97 y pesaba 120 kilos, tenía el pelo negro azabache peinado hacia atrás y los ojos pequeños y oscuros, era un tipo muy gracioso y risueño.

Ya era la hora del almuerzo, pero la cafetería estaba bastante vacía, entre semana siempre se llenaba a la hora de almorzar, por los trabajadores que salían para comer pero los fines de semana la mayor parte de la clientela  eran gente joven y solo venían por la noche, así que Mike estaba apoyado en la barra sin hacer nada mientras George limpiaba la cocina.
-Recoge la caña, marinero-dijo Liz, que había entrado sin que él se diera cuenta, abstraído en sus pensamientos.
-Vaya, que agradable sorpresa-dijo Mike con una enorme sonrisa.
-¿Pensabas en mí?-preguntó ella besándolo en los labios.
-¿En quién sino?- dijo él, mintiendo.
-¿A qué hora terminas?.
-Dentro de tres horas.
-¿Tienes planes para esta noche?.
-Salir contigo-dijo él sonriéndole.
-Me temo que no, cariño-dijo ella.
-¿Porqué?-preguntó él-¿No te apetece salir?, podemos venir aquí con los chicos.
-Me gusta la idea, sabes que no me pierdo una salida con los chicos, pero no puedo, tengo un compromiso con el cuerpo de paz.
-¿Qué toca ahora?-preguntó Mike malhumorado.
-Comedor social-dijo ella.
-Oh, genial-dijo él burlándose.
-No te burles, Mike, sabes lo importante que es para mí echar una mano.
-Perdona, no pretendía burlarme, es solo que quería estar contigo.
-No uses el chantaje emocional conmigo.
Ella llevaba unos vaqueros, camiseta blanca bajo una cazadora de seda, también blanca, y un gorrito de lana.
-¿No funciona?-preguntó él, ya muy cerca de su boca.
-Sabes que siempre funciona.
En el preciso momento en que se besaban entró Chelsea, que se quedó contemplando la escena desde la puerta, con el semblante serio y luego se metió a toda prisa en el cuarto; Mike la vio entrar.
-¿A dónde vas esta vez?-preguntó él.
-Bakerfield-dijo Liz.
-¿Y por cuantos días?.
-Sólo es hasta mañana, no empieces, nos veremos el Lunes en clase.
-¿Y porqué no mañana?-dijo él, ella se dirigía hacia la puerta y él la seguía-¿A qué hora piensas llegar mañana?.
-Mike, cálmate, ¿quieres?-dijo ella riendo, Chelsea lo observaba todo desde el cuarto-Volveré mañana, pero llegaré tarde y estaré muy cansada, así que mejor nos vemos el Lunes, ¿vale?.
-Está bien-dijo él besándola en los labios-Te echaré de menos.
-Y yo a ti-dijo ella abrazándolo-Te quiero.
-Te quiero-dijo él y se quedó observando como ella salía, se subía en su coche y se marchaba, una vez que Liz se fue, Mike fue al cuarto donde sabía que estaba Chelsea.
-Hola-dijo Mike apoyado en el marco de la puerta del cuarto, Chelsea estaba poniéndose el delantal.
-Hola-dijo ella sin siquiera mirarlo.
-No te pongas así.
-No me pasa nada.
-Chelsea, no lo hagas.
-No hago nada.
-Estás enfadada.
-No lo estoy-dijo ella-¿Qué haces aún aquí?, se supone que tu turno termina cuando llego yo.
Él la empujó hacia el cuarto cuando ella estaba saliendo y cerró la puerta.
-Sabes cómo funciona esto-dijo él.
Ella lo miraba con el ceño fruncido.
-Sé perfectamente cómo funciona esto y lo acepto-dijo ella-Pero eso no significa que me agrade.
Se acercó a ella con rapidez, sin darle tiempo de pensar siquiera que se acercaba, la sujetó por la mejilla, la atrajo hacia sí y la besó apasionadamente, mientras ella intentaba corresponder, aún aturdida por el inesperado beso.
Mike metió la mano bajo la camiseta de la chica, acariciando su suave y terso abdomen, ella se estremeció ante el contacto de las manos del chico, con los ojos cerrados y el ceño fruncido, respirando pesadamente.
-Basta, Mike-susurró ella apartándolo-Aquí no, pueden pillarnos.
-Tienes razón-dijo él, agitado-No sé que me ha pasado.
-¿Liz se va de nuevo?-preguntó ella.
-Sí-dijo él-Hasta mañana.
-Los verdugos se han ido esta mañana-dijo ella mirándolo y sonriendo pícaramente-No vendrán hasta el martes.
Mike sonrió.
-¿Quieres que vaya esta noche a hacerte compañía?-preguntó él.
-Sí-dijo ella-Pero esta vez quédate hasta mañana, despierta junto a mí.
-Sabes que no puedo.
-Vamos, solo por esta vez.
-Sospecharán, sabrán que no he dormido en casa.
-Di que has dormido en casa de algún amigo, di que has dormido en casa de Evan.
-Y después Evan me preguntará a mi dónde he dormido realmente.
-Oh, vamos-dijo ella frunciendo el ceño-Está bien, lo entiendo.
-No te enfades.
-No me enfado-dijo ella forzando una sonrisa-Podría ser peor, podrías no venir.
-Pero vendré-dijo él acariciándole la mejilla-En cuanto sea media noche estaré subido al árbol que está al mismo nivel que tu ventana y me colaré por ella, como hago siempre.
-Y ahí estaré yo, como siempre, esperándote.
-Mike-dijo George desde la puerta-Tu turno ha acabado, ¿vas a pasarte la vida aquí?.
-Ya me voy-dijo él-Hasta mañana, Chelsea.
-Hasta mañana-dijo ella.
-¿Qué hacíais?-preguntó George cuando Mike ya salía por la puerta.
-Hablábamos-dijo ella.
-Hablabais-dijo George, a sabiendas de lo enamorada que estaba la chica de Mike-¿Sólo hablabais?.
-Sí, George, solo hablábamos, ¿porqué me preguntas eso?.
-Por nada, cariño-dijo George-Pero ten cuidado.
-¿A qué te refieres?.
-Sólo ten cuidado, vale, con todo en general, ahora ve a trabajar, se nos está llenando la cafetería.
Dejamos a Chelsea y a George en la cafetería y volamos hasta Bakerfield, unas horas más tarde de dónde lo dejamos. Liz está sirviendo los platos de los sin techo  que hacen cola para poder llevarse algo caliente a la boca.
Está disgustada, aunque no lo aparenta, ella prefería quedarse con Mike, aunque adoraba ayudar en el comedor social y en el cuerpo de paz no era precisamente su lugar favorito en ese momento, aunque ella lo afrontaba con su mejor sonrisa.
Mientras servía plato tras plato de humeante estofado no podía dejar de pensar en Mike, en las ganas apasionadas que tenía de acostarse con él, aunque no se lo decía; desde hacía un tiempo estaba pensando acostarse con él de una vez por todas y por fin había decidido que lo harían el día de su aniversario, dentro de un mes, cumplirían tres años juntos, ni se le pasaba por la cabeza lo que estaba por llegar.

Chelsea había dejado la ventana medio abierta, estaba en la cocina fregando los platos cuando él se subió al roble que estaba al nivel de su ventana, al principio le costó subir pero después encontró el agujero en el tronco y pudo agarrarse con firmeza, se coló por la ventana, su cuarto estaba a oscuras y le llegaban los sonidos del piso de abajo, la habitación olía a ella y el chico aspiró intensamente para empaparse con aquel aroma a primavera, había ropa doblada encima de una silla y libros esparcidos encima de la cama, seguramente había estado estudiando, había una foto de Chelsea y Mary pegada con celo en los bordes de un espejo de pared de forma circular; Mike abrió el cuarto cajón de la mesilla de noche que estaba junto a su cama, retiró varias prendas de ropa interior y al fondo estaba aquella cajita dorada y cuadrada en donde Chelsea guardaba sus más preciados secretos, Mike la había visto esconder aquella caja cuando él la había sorprendido una noche entrando en su cuarto y aunque él había insistido ella nunca quiso enseñársela, alegando que eran cosas privadas.
Y allí estaba él, con la caja en las manos, pensando si abrirla o no; la abrió, un aroma a primavera salió de la cajita, el aroma de ella, dentro había una foto de una mujer y una niña, Mike las reconoció perfectamente, ya que conocía muy bien a esas dos personas, la niña era Chelsea y la mujer Delilah, la madre de Chelsea, ambas casi idénticas, Mike se asombró del parecido de Chelsea con su madre ahora que había crecido y se había convertido en mujer, aunque Chelsea era mucho más hermosa.
Mike apartó la foto, debajo había un anillo, había pertenecido a su madre aunque Mike no lo sabía, también encontró un recorte del periódico del instituto, "Wolf vuelve a conseguirnos la victoria", decía en letras grandes, debajo había una foto de él con la indumentario del equipo de béisbol, luciendo una de sus mejores sonrisas y con el bate al hombro, el resto eran más recortes de periódico, todos referente a noticias sobre él, uno decía en letras grandes y chillonas: "Rey y reina del año 1987" y debajo su correspondiente foto, Mike y Liz vestidos de gala, con sendas coronas cada uno y sonriendo alegremente. Decidió cerrar aquella caja y bajar al encuentro de Chelsea, ella estaba fregando los platos, con un walkman puesto, no lo había oído llegar, tarareaba una canción que Mike conocía muy bien, titulada "I'll be seeing you", una canción muy antigua cantada por Billie Holiday; él no quería asustarla pero no encontraba la manera de avisarle de su llegada sin sobresaltarla, así que se sentó en una de las sillas de la cocina, a espaldas de ella y la miró canturrear y mover ligeramente las caderas mientras fregaba, hasta que no aguantó más y la abrazó por detrás.
-¡Oh, dios!-gritó ella dando un enorme salto, el agua y la espuma saltaron por todas partes.
-Tranquila, soy yo-dijo él riendo.
-Casi me matas del susto, Michael-dijo ella quitándose los auriculares-¿Cuánto tiempo llevas aquí?.
-Poco-dijo él, ella ya se había dado la vuelta así que estaba frente a frente, él la tenía sujeta por la cintura y ella sujeta a su cuello con sus manos.
-¿Y qué has hecho durante ese tiempo tan escaso?-preguntó ella.
-Mirarte.
-¿Todo el tiempo.
-Todo el tiempo, me encanta mirarte y escucharte canturrear.
Ella lo besó, llevaba el pelo suelto, una camiseta azul de manga larga y atada en un nudo en la parte del abdomen, llevaba unos vaqueros y unas zapatillas.
-¿Estabas estudiando?-preguntó él.
-Sí, cosa que deberías hacer tú de vez en cuando.
.Yo estudio.
-Cuando yo te ayudo.
-No siempre me ayudas tú, a veces lo hago yo solo.
-La mayoría de veces que te propones hacerlo tú solo te pierdes y vienes corriendo a suplicarme que yo te lo explique, eso es ayudarte, amor mío.
Él la sujetó por los muslos y la sentó en la encimera, mientras recorría sus muslos por sus manos, ella seguía aferrada a su cuello, mirándolo con una sonrisa pícara.
-¿Qué haría yo sin ti?-dijo él.
-Suspender, seguro-dijo ella riendo y él rió también.
-Más que eso.
Ella se mordió el labio inferior, se acercó a él y lo abrazó, le pasó la punta de la lengua por el lóbulo de la oreja y él cerró los ojos.
-Me encantaría que te quedases esta noche-le susurró ella.
Él la miró dulcemente y le apartó el pelo de la cara, le palpó suavemente la mejilla amoratada y ella cerró los ojos con fuerza a causa del dolor; el golpe de la cara había pasado del morado al negro, pero no tardaría en desaparecer, como todos los golpes que había recibido.
-Siento que esto tenga que ser así para ti, que tenga que dolerte tanto. Siento que tengas que verme con ella.
-Ya estabas con ella cuando todo esto pasó. Ya le pertenecías, no tengo derecho a quejarme.
-Sí que lo tienes, te mereces algo mejor que yo.
-Tú eres todo lo que necesito, todo lo que quiero.
-Te mereces a alguien que te ponga sobre todas las cosas, que te haga sentir que eres lo primero, lo más importante.
Ella se acercó a su oreja, mientras le acariciaba el relieve con sus dedos.
-No ha habido nadie que me haya hecho sentir tan querida como me has hecho sentir tú-susurró ella-Y no sigamos hablando del tema, ahora súbeme a mi cuarto y hazme sentir querida, hazme sentir lo más importante.
-Sí, mi ama, escucho y obedezco-dijo él sonriendo.
La tomó en brazos y la subió arriba.

Una hora más tarde estaban los dos en la cama, desnudos y tapados con la colcha, ella apoyada en el torso de él, mientras él olía su pelo y acariciaba su espalda.
-¿Te conté que Corey Samuels me invitó a salir?-dijo ella de repente.
-¿Corey Samuels te invitó a salir?-preguntó él, ceñudo, entre divertido y molesto.
-Ajá.
-¿Y qué le contestaste?.
-Le dije que lo pensaría
-¿En serio?-preguntó él intentando disimular sus celos, pero sin conseguirlo-¿Estás planteándote salir con Corey Samuels?.
-No, en realidad no, tengo muy claro lo que quiero, pero me da lástima decirle que no.
Él se quedó pensativo, en silencio durante un minuto.
-Quizá sería bueno para ti-dijo él.
-¿Qué sería bueno para mí?.
-Salir con alguien, salir de verdad con un chico.
-Yo no quiero salir con Corey, ni con ningún otro chico.
-Podrías intentarlo.
-No quiero intentarlo. Si no tienes el valor suficiente para acabar con esto lo entiendo, pero no pretendas que lo haga yo-dijo ella-No podría estar con nadie más que tú.
-No es justo. No es justo para ti.
-La vida no es justa, pero no queda otro remedio que seguir hacia adelante. ¿Crees que no me gustaría estar contigo de verdad?, ¿que no me gustaría que me llevaras al cine o a cenar?. Pero esto es lo que hay, lo tengo asumido.
La habitación entera estaba a oscuras y la única luz que iluminaba el cuarto era la de la luna llena que entraba por la gran ventana de Chelsea, bañando el cuarto de plata.
-¿Al cine?-preguntó él-¿A cenar?.
Ella lo miró y asintió con la cabeza.
-Podríamos hacerlo-dijo él.
-No, no podríamos.
-¿Porqué no?.
-¿Me tomas el pelo?-dijo ella-Se darían cuenta.
-No tienen porqué-dijo él-Somos amigos, los amigos salen.
-La gente no verá a dos amigos.
-Me da igual lo que la gente vea-dijo él-¿El sábado a las nueve?.
Ella lo miró, con una sonrisa a punto de brotar.
-¿En serio?-preguntó ella.
Él asintió con la cabeza, sonriendo.
-Me parece bien-dijo ella sonriendo ampliamente-¿A dónde vas a llevarme?.
-Al cine y luego a cenar-dijo él-Y nada de sexo.
-No aguantarás.
-Aguantaré, apuesta lo que quieras.
Ella rompió a reír y él la imitó, le acarició la mejilla, la besó en la frente y la aferró aún más a su pecho, sucumbiendo minutos después al reparador y relajante sueño.

sábado, 15 de enero de 2011

Decepción

Buenas noches, Nereida, no nos hemos olvidado de ti, pero el tema, con la crisis, no es sencillo. Tenemos que ver cómo se desarrolla este primer trimestre para tomar una decisión al respecto.

Seguimos en contacto.

Recibe un cordial saludo.


Esta es su respuesta, sinceramente no lo esperaba, y menos después de su último e-mail, pero en fin, solo queda esperar esos tres meses a ver que deciden, aunque después de esto no esperaré nada para no desilusionarme de nuevo.

miércoles, 12 de enero de 2011

Gran Cobain


"Es mejor quemarse que disolverse poco a poco"

"Las estrellas están ahí, solo debes mirarlas"

"Creo que puedo, sé que puedo"

"Pienso que la juventud solo dura hasta los 27 años, a partir de ese momento, junto a la juventud, se va la vida también"

"En mi espiritu soy gay, podría ser homosexual, pero me siento más atraído por Courtney que por cualquier otra persona en el mundo"

"Soy peor en lo que mejor hago y por eso me siento bendito"

"Bajo el efecto de las drogas no te importa nada, solo quieres aislarte del mundo y conseguir una paz interior que no se consigue en estado normal"

"Me odio a mi mismo y quiero morir"

"Me siento como si la gente quisiera que muriera, porque así se cumpliría la clásica historia del rock´n´roll"

"Siempre quise ser John Lennon. Estaba tan enamorado de Los Beattles, vestía como John Lennon y fingía tocar la guitarra"

"Ojala hubiera tomado clases de como ser una estrella del rock. Me pude haber preparado para esto"

"Mi memoria existe, mi recuerdo vivirá siempre y mi música en la gloria será la salvación del maldito infierno donde habitamos"

"Nadie muere siendo virgen, la vida nos jode a todos"

"Prefiero que la gente me odie por ser quién soy a que me ame por ser quién no soy"

"A veces por muy alto que pongas la música solo puedes oirte a ti mismo"

"Se ríen de mi por ser distinto, yo me río de ellos por ser todos iguales"

"Si mis ojos fuesen el espejo de mi alma, todos los que me ven reír llorarían conmigo"

"Paz, amor y comprensión

Sin duda, una de las mayores leyendas de la música, un alma en pena, un incomprendido, un mito, un dios. Para terminar, la letra traducida de mi canción favorita de Nirvana, "The man who sold the world".







"Nosotros pasábamos por la escalera, hablándo de qué y cuándo
Aunque yo no estaba ahí, él dijo que yo era su amigo
Que vino como alguna sorpresa, yo hablé en sus ojos
Yo pensé que tu moriste solo, hace mucho, mucho tiempo
Oh no, yo no
Nunca perdí el control
Estás cara a cara con el hombre que vendió al mundo
Yo reí y agitó su mano, he hice mi vuelta a casa
Busqué formulario y tierra, por años y años yo vagué
Yo miré fijamente a los millones aquí
Deberíamos haber muerto, hace mucho, mucho tiempo
¿Quién sabe?, yo no
Nunca perdí el control
Estás cara a cara con el hombre que vendió al mundo."















martes, 11 de enero de 2011

Reescripción del capítulo 1

CAPITULO 1

-¿Has quedado con Liz esta noche?-pregunta Chelsea mientras ambos se visten.
-Si-le responde él.
-¿Iréis a Toretto's?.
-No lo creo, no vamos a salir con los demás.
-Oh, es una cita de pareja.
-Supongo que sí, se ha empeñado en que salgamos solos esta noche.
-Entonces no vendrás esta noche.
Él se la queda mirando, sabe que esta noche no podrá colarse por su ventana, meterse en su cama y hacerle el amor, pero no quiere decírselo, no quiere matar sus esperanzas.
-No lo sé, si escapo pronto.
-Cuando estas con Liz no escapas-dijo ella-Te encanta estar con ella, no lo niegues.
-No lo niego, lo sabes.
-Sí, claro que lo sé, ella es lo primero, ese es el trato.
Ella coge su mochila y se marcha del gimnasio, una vez más él a herido sus sentimientos, pero eso es algo inevitable y ella lo sabe, jamás la amará ni la mitad de lo que ama a Liz.

Él se queda un rato más, tirado en la colchoneta donde momentos antes había estado con Chelsea, el gimnasio entero olía a ella, era relajante, pero Chelsea había dejado a Mike con el sentimiento de culpa. Ese sentimiento formaba ya parte de Mike, siempre que se acostaba con Chelsea después se sentía una mierda, era una sensación insoportable, pero una sensación que llevaba 5 meses soportando, desde el día que hizo el amor con ella por primera vez.

Dejamos a Mike en el gimnasio del instituto y seguimos a Chelsea hacia su casa, una casa de dos plantas, de color amarillo apagado; teme llegar, pero es el pan de cada día, cuando llega, su hermano Dick está en la puerta del garaje trabajando en su coche, con un uniforme azul y la cara y las manos llenas de grasa de motor.
-¿Te crees que estas son horas para llegar a casa?-le preguntó Dick.
-Estaba estudiando-dijo ella.
-¿Y qué estudiabas?-preguntó él cerrándole el paso-¿Anatomía?.
Sin previo aviso le dio una bofetada que hizo que la chica volteara y cayera de bruces en la hierba mal cortada.
-¡Sé que has estado con ese cretino!-le gritó Dick en plena calle.
-¿Qué demonios pasa aquí?-dijo el padre de ambos saliendo de la casa y agarrando a Dick por el uniforme de trabajo-¿Porque le has pegado a tu hermana?.
-¡Ha llegado tarde porque ha estado viéndose con el chico de los Wolf!-dijo Dick.
-¿Es eso verdad, Chelsea?-dijo el señor Krammer ayudando a su hija a ponerse en pie, Chelsea tenía toda la mejilla derecha colorada y según transcurriera el día se pondría morada.
-No, papá-dijo ella llorando-Estaba en la biblioteca estudiando con Mary, puedes llamarla si quieres y preguntárselo.
-Entra y limpia un poco la casa, hoy te toca el último turno-dijo Richard.
Chelsea le echó una última mirada llena de furia a su hermano y entró en la casa, tiró la mochila a un lado y se miró la mejilla en el espejo, empezaba a amoratarse, esa noche tendría que trabajar con el pelo suelto para tapárselo. Ella trabajaba en la cafetería de  George Toretto, un viejo amigo del padre de Mike y ella había trabajado allí desde los 14 años; en esa misma cafetería trabajaba la madre de Mike y el propio Mike, pero a ella le tocaba el último turno lo que significaba que se quedaría hasta las dos de la madrugada limpiando la cafetería.

Hoy había tenido suerte, un solo bofetón, su padre no había empezado a beber aún y por suerte cuando ella llegara de trabajar él estaría ya durmiendo la mona, siempre era así para ella desde que su madre se suicidó, cuando no era el hermano quién le pegaba era su padre, borracho y cansado de trabajar que la descargaba con ella, o, con muy mala suerte eran ambos; su hermano se había convertido en su padre aunque a Dick no le hacía falta beber para pegarle sin motivo, ella no podía salir sin que él pensara que estaba con Mike, sospecha que de 10 acertaba 13, porque ella, o estaba con Mike, o estaba trabajando en Toretto's o en casa de Mike, donde era muy bien recibida, por Mike, que siempre la quiso demasiado, al principio solo como una hermanita pequeña. La madre de Chelsea era íntima amiga de la madre de Mike así que Chelsea siempre estaba en casa de los Wolf desde que nació, la madre de Mike era su madrina, cuando la madre de Chelsea murió ella siguió visitándolos y así desde entonces, a su padre Richard nunca le importó, mientras ella mantuviera la casa limpia y cumpliera con su horario de trabajo, pero a Dick no le gustaba nada, para empezar no soportaba a Mike, lo odiaba y sabía perfectamente que su hermana estaba enamorada de él, pero Chelsea siempre lograba escaparse, para ella estar allí era como una vía de escape, allí se sentía realmente querida por todos, Mary era su mejor amiga y Jonathan también.

El mellizo de Mike, nacidos el mismo día pero polos totalmente opuestos, su parecido era como podrían parecerse un huevo a una castaña, el agua y el aceite, Johnny era alto también pero menos corpulento, tenía la espalda más estrecha, era más blanquito de piel, ojos rasgados y oscuros, en personalidad tampoco se parecían en nada, Mike era extrovertido, alegre, y Johnny era reservado, incluso me atrevería a decir que era raro, siempre de negro, pero había algo que ambos tenían en común: el amor por Chelsea, Johnny siempre estaba de cachondeo con ella, era con quién único se abría totalmente y aunque se llevaba bien con Mike cada vez que este entraba en la sala y veía a Johnny jugueteando con Chelsea se ponía enfermo, de mal humor, los celos se lo comían.

En cuanto a Chelsea, fue feliz hasta que su madre se suicidó, Chelsea no la odiaba por ello, entendía perfectamente porque su madre prefería la muerte a vivir con su padre, su padre y su hermano eran pescadores pero en la época en que la madre de Chelsea vivía su hermano era muy pequeño y solo trabajaba su padre, que se iba tres o cuatro días a alta mar a pescar, incluso una semana o más si la pesca era buena; durante esos días que Richard no estaba todo marchaba bien, pero cuando Richard volvía todo cambiaba, siempre fue un alcohólico y la pagaba con su mujer, le pegaba, y cuando la mujer no aguantó más y terminó con su vida el gran Richard la tomó con su hijo, le daba tremendas palizas a sabiendas de que la pequeña Chelsea no podría aguantar una paliza del gran Richard, hasta que creció y se hizo mujer, pareciéndose asombrosamente a su madre, entonces el gran Richard ya no podía pegarle a su hijo porque corría el riesgo de que el salvaje de Dick lo matara de un puñetazo, a partir de ahí todas las dianas estaban puestas en Chelsea, no había día, estando ellos allí, que no recibiera un golpe, estaba acostumbrada y adoraba esos días en que su padre y su hermano se marchaban en su barco a pescar, se quedaba sola, a veces Mary dormía con ella alguna noche pero eso era antes, desde hacía un par de meses no la invitaba, poniendo de excusa que quería estar sola, pero la verdad era otra, que Mike se metía por su ventana en esas noches que se quedaba sola y hacían el amor, se quedaban los dos abrazados en la cama de Chelsea, pero en cuanto le daba tiempo a Mike de pensar el chico se levantaba a toda prisa y se marchaba, dejándola sola.

Esa tarde Mike y Liz salieron a una feria de gastronomía que habían preparado en la plaza, en la que la madre de Liz y la de Mike habían preparado algo como el resto de mujeres del pueblo, después de esa fugaz visita a la feria se marcharían al cine, ese día ella llevaba una camiseta rosada y un pantalón vaquero, con su pelo largo y castaño suelto sobre los hombros, sus ojos verdes, sus labios gruesos, sus graciosas pecas en la nariz y esa permanente sonrisa, esa permanente alegría que había enamorado a Mike desde que la vio. Lo de Liz fue algo extraordinario, cuando la conoció él era un picaflor, nunca había amado a ninguna chica, se dedicaba a seducirlas hasta conseguir llevárselas a la cama y después se olvidaba de ellas, pero ahora que sacamos el tema, deberíamos volar hacia esa época.

Era 1986, Mike acababa de ver a Liz por primera vez.

-¿Quién es esa?-preguntó Mike a su amigo del alma Evan Calhom.
-Es Liz Moore, ¿nunca la habías visto?-preguntó Evan.
-No-dijo Mike.
-Es nueva, su padre es el Pastor Moore-dijo Evan.

Él la miraba extasiado, era preciosa y estaba riendo junto a unas chicas, esa chica tenía que ser de él así que no lo pensó y se acercó a ella, a unos pasos oyó que una de las chicas le decía: "Oh, dios mío, ahí viene Mike Wolf, Liz, creo que te está mirando, que suerte tienes"; ella miró sorprendida a las chicas y cuando se dio la vuelta lo vio a él, todo pose y arrogancia, sabía la reputación que ese chico tenía, sabía que era un ligón y que solo quería a las chicas para llevárselas a la cama, era guapo, eso no podía negarse pero con ella no podría.
-Pellízcame-le dijo él-Creo que estoy en el cielo.
Ella lo pellizcó tan fuerte que el chico se quejó.
-No creo que estés en el cielo-dijo ella.
-Está bien, una chica difícil-dijo él-Me llamo Mike Wolf.
-Sé quién eres, Mike Wolf y lo que quieres-dijo ella
-Genial, nos ahorraremos tiempo-dijo él-Sal conmigo esta noche
-¿Y porque debería salir contigo?-dijo ella riendo.
-Porque es el destino-dijo él.
-¿No se te ocurre nada mejor?-dijo ella riendo sin parar.
Él abrió la boca para replicar pero se quedó sin argumentos, ella se quedó mirándolo, con la sonrisa burlona dibujada en sus labios, esperando el contraataque del chico, al ver que este no reaccionaba le dio la espalda y se fue.
Él se quedó paralizado, sin entender demasiado que había pasado, ¿lo había rechazado?, ¿a él?.
-Sí, señor-dijo Evan riendo escandalosamente mientras le daba fuertes palmadas en la espalda-La has eclipsado, Don Juan.
-Cállate-dijo Mike-Se está haciendo la dura, eso es todo.
-Sí, sí, será eso, venga, vámonos a clase.

Pero Mike no se rindió ahí, ni mucho menos, la esperó al finalizar las clases y cuando ella salió la siguió hasta el aparcamiento.
-¿Me estás siguiendo?-preguntó ella rumbo a su coche sin siquiera mirarlo.
-¿Te han hablado de mi?-preguntó él.
-Vaya, ¿tienes mala fama o qué?.
-No te fíes de lo que escuches por ahí.
.¿Y porqué no?.
-Porque es mentira.
-¿Todo el instituto miente, Mike Wolf?.
-Venga, dame un respiro.
Ella se detuvo, se dio la vuelta y lo miró, con los libros sujetos contra su pecho, él la miraba penetrantemente y una vez más, Liz pensó lo increíblemente guapo que era.
-Tu vida es tu vida, y la respeto-dijo ella-Cada cual hace lo que quiere, no voy a criticarte por ello, es solo que no voy a salir contigo, porque sé lo que quieres, y de mi jamás lo lograrás, no soy como las demás.
-Sé que no eres como las demás.
-Entonces no insultes mi inteligencia.
Dicho eso se montó en su coche y se marchó, dejándolo otra vez petrificado.

Pero él siguió sin rendirse y la esperó después de cada clase, a pesar de las negativas de Liz.
-¿No te cansas de seguirme a todas partes?-dijo ella rumbo a su coche.
-No voy a darme por vencido.
-¿Pero porque te intereso tanto?-preguntó ella parando en seco-Es solo porque he sido la única que te he rechazado, ¿no te das cuenta?.
-No es por eso.
-Lo es.
-Dame una oportunidad, no pierdes nada. Te demostraré que para mí no eres una más.
Ella se quedó mirándolo, sin saber qué hacer.
-Saldré contigo, pero solo para que dejes de seguirme a todas partes-dijo ella.
Él sonrió de oreja a oreja y a ella se le desbocó el corazón.
-¿Te recojo a las 7?-preguntó él.
-Ajá-dijo ella.
-No te arrepentirás-dijo él y ella hizo un gesto con los ojos.

La recogió a las 7, ella llevaba unos vaqueros, y una cazadora de cuero, sencilla, pero a Mike se le caía la baba, estaba preciosa.
La llevó a Toretto's, esa tarde Chelsea trabajaba y observaba la escena muerta de celos.
-Así que tu padre es el pastor-dijo Mike, sacando tema de conversación, ambos sentados en una mesa del fondo.
-Sí, lo es-dijo ella-¿Vas a la iglesia?.
-Todos los domingos-dijo él-Y trabajo aquí.
-¿Trabajas aquí?-preguntó ella con el ceño fruncido.
-Ajá.
-Me gusta este sitio-dijo ella-¿Trabajas hoy?.
-Ya hice mi turno al medio día-dijo él sorbiendo su batido-¿Cuándo llegasteis?.
-En verano.
-¿De dónde vienes?.
-De muchos sitios-dijo ella sonriendo-A mi padre lo trasladan mucho. Nací en Maine, pero ahora venimos de Arizona.
-Vaya, una chica de mundo-dijo él-Si llegaste en verano, ¿porqué no te había visto antes?.
-Llegué en verano pero apenas estuve una semana, pasé todo el verano fuera.
-¿Dónde?.
-En muchos sitios, formo parte de diversos actos solidarios, ya sabes, el cuerpo de paz, la cruz roja, comedores benéficos, esas cosas.
-Wow, es impresionante.
-No lo es, es solo caridad.
-Es admirable, no todo el mundo hace eso.
-Esa gente lo necesita de verdad-dijo ella y se quedaron mirando-En fin, ¿qué me cuentas sobre ti?.
-¿Qué quieres saber?.
-¿Cuánto de lo que me han contado sobre ti es cierto?.
-Todo, posiblemente.
-Que lo admitas es un buen gesto por tu parte.
-Quiero ser sincero contigo.
-¿Porqué?-preguntó ella confundida-¿Porque te intereso tanto?.
-Porque eres diferente a todo lo que conozco-dijo él-Eres la única chica que me ha dejado sin palabras.
-¿Eso se lo dices a todas?.
-No, no necesito llegar tan lejos para conseguir lo que quiero.
-Se rinden fácilmente, ¿no?.
-Sí-dijo él avergonzado pero sincero-Sé que no es la mejor de las acciones, pero, ¿qué puedo decir?.
-Te advierto que no voy a acostarme contigo-dijo ella.
-No quiero acostarme contigo-dijo él-Por lo pronto, al menos.
Ella no pudo evitar sonreír y Mike se enamoró de ella en ese mismo instante.

La llevó a casa y no intentó besarla en ningún momento, era cierto que aquella chica lo enloquecía y por nada del mundo quería meter la pata con ella, iría despacio por primera vez en su vida.
-Gracias por salir conmigo-dijo él, frente a ella-Ha sido una noche increíble.
-Sí, la verdad es que lo he pasado mejor de lo que esperaba.
-Me alegro.
-Nos veremos mañana en el instituto, supongo.
-Seguro. Buenas noches, Liz.
-Buenas noches, Mike Wolf.

Salieron en más ocasiones, al cine, a pasear y sin un solo beso, sin un solo acercamiento por parte de Mike; ella lo esperaba, ella pensaba que él atacaría en cualquier momento y entonces ella podría darse la razón, confirmar que él no era lo que ahora parecía cuando estaban a solas.
Por el pueblo ya rondaban rumores de noviazgo, los chicos del equipo preguntaban a Mike, las chicas preguntaban a Liz, pero ninguno se manifestaba al respecto.

Una de esas salidas, Mike volvía a estar en el porche de Liz, a punto de despedirse de ella.
-Lo he pasado genial-dijo Mike-Hasta mañana, Liz.
-Mike, espera-dijo ella bajando los peldaños hasta quedar a su altura, posó sus manos en las mejillas del chico y lo besó dulcemente, un diminuto y placentero beso-Se sincero, si para ti soy algo pasajero, dímelo ahora y terminamos aquí, pero no dejes que esto crezca.
-No eres algo pasajero, Liz, eres algo que quiero que dure para siempre.
-¿Estás seguro?.
Él asintió con la cabeza.
-Entonces, vayamos despacio-dijo ella-Así es como funciona conmigo, despacio.
-Estoy de acuerdo-dijo él.
Ella le sonrió, perdidamente enamorada de él.

Dos años después se encontraba con ella a su lado, regalándole sus besos, sus caricias, él hacía mucho tiempo que había desistido de acostarse con ella, ella siempre se negó rotundamente a hacer el amor, era virgen, y decía no estar preparada aún, Mike pensaba que si se acostaba con ella dejaría de necesitar tanto a Chelsea, porque lo que necesitaba era hacer el amor con Liz para tenerlo todo.

Vieron una película y la llevó a casa.
-¿Nos vemos mañana?-preguntó ella en la puerta.
-Por supuesto, preciosa-dijo él.
-Gracias por esta noche-le susurró ella en el oído mientras lo abrazaba y lo besaba en el lóbulo de la oreja.
-Gracias a ti por formar parte de mi vida-dicho eso se besaron.

Mike iba de camino a casa pero decidió parar en Toretto's, sabía que a Chelsea le tocaba el último turno, cuando llegó notó que algo no iba bien, primero porque Chelsea llevaba el pelo suelto, cuando ella nunca trabajaba con el pelo así, porque le molestaba, le daba calor y se le llenaba de grasa, según ella, así que ese gesto lo extrañó.
-¿Qué te pasa?-fue lo primero que dijo al entrar-¿Porqué llevas el pelo así?.
-Podrías saludar al menos.
-Levántate el pelo.
-Mike, ¿te digo yo como debes llevar tu pelo?.
-¡Levántate el pelo, Chelsea!.
Ella lo miró largo rato, con los ojos llorosos y luego negó con la cabeza.
-¡Mierda!-dijo él y le levantó el pelo.
Tenía una marca morada desde la frente hasta la mandíbula, se habían quedado perfectamente dibujados los cinco dedos de la mano de Dick.
-¿Quién de los dos ha sido?-preguntó Mike.
-Mike.
-Respóndeme.
-Dick. Ha sido Dick.
-Dick. Lo mato, yo lo mato.
Él hizo amago de marcharse pero ella lo sujetó por el brazo.
-Basta-dijo rompiendo a llorar-No puedo más, quiero estar tranquila, Mike, comprende que cada vez que le llamas la atención a Dick me pega más fuerte, me buscas problemas en casa. Déjalo correr.
-¡No puedo!-dijo él cabreado-¡No voy a permitir que te sigan lastimando!.
-Mike, por favor-dijo ella.
-Está bien-dijo él abrazándola-Pero como vuelvan a pegarte te juro que los mataré, a los dos.
Se miraron largo rato, ella reteniendo las lágrimas, él preguntándose porque no denunciaba de una vez a esos mal nacidos.
-¿Te has divertido?-preguntó ella.
-No ha estado mal-dijo él sentándose en la barra-Deberías haber salido ya.
-Sabes que siempre que puedo duermo en el cuarto-dijo ella.
Cada vez que le tocaba el último turno Chelsea se quedaba en una cama que había en un cuarto, así dormía sola y tranquila y por la mañana antes de que su hermano y su padre despertaran se marchaba a su casa y ellos nunca notaron nada.
-¿Quieres que me quede contigo?-preguntó él.
-¿Tu qué quieres hacer?.
-Quiero quedarme.
-Entonces quédate.
Mike la cogió en brazos y la metió en la cama, no tenía intención de acostarse con ella, no en esas circunstancias, pretendía darle cariño y apoyo, dormir abrazado a ella mientras la acariciaba, pensó que prescindir del sexo la haría sentir que no la buscaba solo por eso, pero ella se empeñó en hacerlo.
-No es el momento, Chelsea.
-¿No te apetece?.
-No es eso, es que tú necesitas que curen tus heridas de otra manera, necesitas recuperarte y sentirte querida y no creo que haciendo el amor sea la mejor manera de demostrártelo.
-Solo cuando me haces el amor me siento amada-le dijo ella y se sentó en sus caderas.
Él, sin poder hacer nada, sin ningún control sobre si mismo, se rindió a la pasión.