viernes, 27 de mayo de 2011

Fragmento de la continuación de "La bailarina de la caja de música", en fase de creación.

Me lancé a la carretera, tal y como ella solía hacer, recorrí infinitas y solitarias carreteras, pasé por decenas de pueblos, de ciudades, conocí a un montón de personas y la busqué en cada pueblo de cada ciudad que visité, la busqué en cada persona que conocí.
La vi en cada chica con All Stars, en cada chica bajita, en cada chica que tocara la guitarra, en cada chica que mostrara una amplia sonrisa, en cada chica con vaqueros rotos, la vi en todas aquellas chicas, pero ninguna era ella.
Y entonces la encontré, la encontré cuando había dejado de buscarla, en medio de un millar de caras y a muchos kilómetros de mi, aún así la vi y supe que era ella, que esta vez no eran imaginaciones.
En cuanto la vi mi corazón volvió a latir después de tanto tiempo, mis pulmones se llenaron de oxígeno y pude exhalar una bocanada de aire que me pareció gloriosa, mis ojos no podían mirar otra cosa, después de tanto tiempo aún conseguía ejercer ese poder de magnetismo sobre mí.
Todos los allí presentes contemplaban la belleza de las cataratas del Niágara en una preciosa noche donde los espectaculares colores emanaban del agua, rojo, azul, amarillo, naranja, preciosos colores que se proyectaban en las caras de miles de personas que observaban embelesados, pero yo no, en lugar de mirar las cataratas contemplaba una belleza más extraordinaria, al menos para mí, una belleza que hacía que me recorriera un escalofrío por todo el cuerpo, que mi corazón galopara salvajemente en mi pecho.
Entonces me miró, entre tanta gente y a tanta distancia ella me miró directamente a mí, alertada por mis gritos mudos que pronunciaban su nombre en silencio, todo mi ser gritó sin voz su nombre y ella me oyó y a pesar de que yo había cambiado me reconoció, porque cuando me miró no vio mi cuerpo, sino mi alma.
Nos miramos durante un minuto, aunque a mí me pareció una hora, entonces ella frunció el ceño, sonrió levemente y alzó la mano a modo de saludo, no la agitó, solo la alzó y yo le respondí al saludo alzando y agitando la mía; entonces ella le dio la espalda a las cataratas y comenzó a caminar, sorteando a la gente y comprendí que tenía intención de llegar a mí, así que hice lo mismo.
Mientras recorría la larga distancia que nos separaba pensé en muchas cosas, pensé en cómo había comenzado todo esto, hacía ya siete meses, en cómo me había llevado hasta aquí, hasta ésta noche, hasta ella, ¿qué probabilidades habían de encontrármela?, ¿de que coincidiéramos en el mismo sitio, el mismo día, la misma noche?.
También pensé en mí y en el cambio que había experimentado en estos años, ya no era aquella chica de diecisiete años que ella conoció, no llevaba el pelo corto y perfectamente arreglado, ni ropa de marca y zapatos carísimos, ya no era aquella chica que no salía de casa sin estar perfectamente maquillada y arreglada.
No, en absoluto, ella iba a encontrarse con una chica de pelo largo y castaño, no cobrizo, que caía ondulando sobre los hombros, camisa desgastada, vaqueros raídos y unas All Star con las suelas derretidas por el calor del asfalto bajo los pies, con las solapas laterales rajadas, llenas de garabatos, sucias y con un agujero lo suficientemente grande como para ver de qué color eran mis calcetines.
Pero por dentro era casi la misma, seguía muriendo por ella, yo había cambiado, pero no lo que sentía por ella.
Y entonces nos alcanzamos y allí estaba mi pequeña, mi chica de la guitarra, mi chica de la moto púrpura, mi Ary, misma cara, misma ropa, mismas puntas quemadas por el sol, incluso mismas All Star rojas.
Por un momento sentí que el tiempo no había pasado, que no habían pasado todas aquellas cosas entre nosotras, casi pude ver la funda de la guitarra colgada a su espalda, las paredes de ladrillos victorianos de la escuela de arte a nuestro alrededor, incluso a mí misma con el pelo corto y las mayas de ballet.
Pero no estábamos en Baltimore, estábamos en Canadá, intentando reunir el valor para hablar, aunque yo sabía quién daría el primero paso.
-Hola, Avi.

martes, 17 de mayo de 2011

Dos mayos ☆

Y sigue doliendo igual, sigo sintiendo que me falta algo y que jamás lo voy a recuperar, sigo sintiendo ese cristal clavado en mi corazón, esa ausencia aplastante, sigo echando de menos tu voz, tu sonrisa, sigo llorando por ti, ¿es que nunca se va a acabar esto?, ¿nunca desaparecerá el dolor, ni las lagrimas, ni la estúpida esperanza de verte entrar por la puerta?, aún pienso en ti y se me antoja surrealista.
Te echo de menos hermano, cada día más y no sé que hacer con estos sentimientos, son dos años y parecen 20, pero a la vez parece que fue ayer cuando vivíamos juntos.
Tantas cosas que me hubiera gustado que vieras, tantos momentos importantes en mi vida en los que tu no estás, el día de la presentación de mi libro fantaseaba con mirar hacia el fondo de la sala y verte allí, mirándome con orgullo.
Espérame, donde tú y yo sabemos, en algún lugar sobre el arcoíris, sueño con el momento de encontrarme contigo de nuevo. Te quiero hermano, te extraño todos los días y antes me olvido de mí misma que de ti.

miércoles, 11 de mayo de 2011

Buscando reparto

Siempre me ha fascinado la historia de Kurt Cobain, líder de la banda grunge Nirvana, además que me declaro fan absoluta de su música, pero jamás me había atraído la idea de escribir nada sobre él, hasta que conocí a mi buen amigo Nael, gran guionista y futuro director de cine, que empezó a hablarme de sus ideas y a pasarme sus guiones, entonces empezó a picarme el gusanillo y llegamos al acuerdo de hacer algo juntos.
De ahí nacieron dos proyectos, la creación de dos guiones, escritos a dos manos entre él y yo, uno de esos guiones es sobre la vida de Cobain, en el que empezaremos a trabajar en breve, de hecho, yo ya he escrito la escena inicial del guión.

Es tanto el afán y las ganas que ya tenemos a los actores principales:

El actor británico Joe Anderson sería perfecto para encarnar a Kurt en su edad adulta, pues no solo el parecido físico es impresionante, también tiene dotes músicales, toca la guitarra y canta.
Os dejo un video suyo cantando "Hey Jude" de The beattles.




La actriz escogida para encarnar a Courtney Love es Taylor Momsen, actriz y vocalista del grupo "The pretty reckless", que aunque solo tiene 17 años su parecido con Love es bastante grande, incluso en su forma de vestir y su música, por lo que consideramos que sería perfecta para encarnar a Love.
Os dejo un video de Momsen con su banda.










También hemos considerado al actor Toby Kebbell para encarnar al batería de Nirvana Dave Grohl.







Aún nos queda encontrar al resto del reparto, a Krist Novoselic, bajista de la banda y amigo de Kurt desde la adolescencia, a su primera novia Tracey Marander, a un Kurt adolescente, sin contar a los Kurt niño que tengamos que encontrar, a sus padres, etc...
Además tenemos escogido el título del guión, que llevara de nombre una canción de Cobain "Something in the way".

Estamos muy ilusionados con el proyecto y como dije, empezaremos a trabajar en breve, en cuanto yo termine de escribir el tercer relato de mi segundo libro.
Para terminar animo a todos los fans a participar en la elección de actores, estamos abiertos a sugerencias y los fans de Nirvana pueden sernos de mucha ayuda a la hora de escoger al reparto, esperamos que os animéis y participéis.


domingo, 8 de mayo de 2011

Fragmento del relato "La bailarina de la caja de música", en fase de creación.


-Aún no te he besado-dijo Avery, casi susurrando.
-¿Y a qué estás esperando?.
Avery se acercó con lentitud y la besó con suavidad.
-Cuando no te tengo cerca cada fibra de mi cuerpo grita tu nombre.
-¿De verdad sientes eso?.
Avery asintió con la cabeza.
-¿Qué me está pasando?-preguntó Avery.
-Solo tú puedes saberlo.
-Pero no lo sé.
-Ya lo sabrás, no hay prisa.
-Te deseo tanto que siento como si me estuviera quemando desde dentro.
Ary la miraba profundamente, entonces Avery se levantó del sofá y fue hasta la puerta del dormitorio, se paró bajo el marco de la puerta, se volteó a mirar a Ary y entró en el dormitorio.
Ary fue hasta el dormitorio, que estaba a oscuras porque las persianas estaban bajadas, y vio la silueta de Avery, de pie y de espaldas a la puerta.
Ary se acercó a ella y la abrazó por detrás, Avery se dio la vuelta y la atrajo hacia ella, estrechándola entre sus brazos y besándola.
-¿Estás segura de lo que vas a hacer?.
-Quiero hacerlo.
-Avery, no tienes nada que demostrar, ni a mí ni a nadie, no hace falta correr.
-Escucha, ahora mismo tengo dudas sobre todo, todo lo que creí saber se ha vuelto confuso. Tenía el mismo plan desde que tenía trece años y desde que te conocí ese plan ya no tiene ningún sentido para mí. Lo único que sé con seguridad ahora mismo es que no soporto estar lejos de ti. Siento que mi vida comenzó cuando te conocí, nada de lo anterior importa. Ya no consigo imaginar mi vida si tú no estás en ella.
Ary la besó con fuerza, abrazándose a ella.
-¿Qué has hecho conmigo?-preguntó Ary.
-¿A qué te refieres?.
-Soy tuya, y ni siquiera me di cuenta como pasó. Soy tuya, Avery, ahora mi felicidad depende de ti.