domingo, 8 de mayo de 2011

Fragmento del relato "La bailarina de la caja de música", en fase de creación.


-Aún no te he besado-dijo Avery, casi susurrando.
-¿Y a qué estás esperando?.
Avery se acercó con lentitud y la besó con suavidad.
-Cuando no te tengo cerca cada fibra de mi cuerpo grita tu nombre.
-¿De verdad sientes eso?.
Avery asintió con la cabeza.
-¿Qué me está pasando?-preguntó Avery.
-Solo tú puedes saberlo.
-Pero no lo sé.
-Ya lo sabrás, no hay prisa.
-Te deseo tanto que siento como si me estuviera quemando desde dentro.
Ary la miraba profundamente, entonces Avery se levantó del sofá y fue hasta la puerta del dormitorio, se paró bajo el marco de la puerta, se volteó a mirar a Ary y entró en el dormitorio.
Ary fue hasta el dormitorio, que estaba a oscuras porque las persianas estaban bajadas, y vio la silueta de Avery, de pie y de espaldas a la puerta.
Ary se acercó a ella y la abrazó por detrás, Avery se dio la vuelta y la atrajo hacia ella, estrechándola entre sus brazos y besándola.
-¿Estás segura de lo que vas a hacer?.
-Quiero hacerlo.
-Avery, no tienes nada que demostrar, ni a mí ni a nadie, no hace falta correr.
-Escucha, ahora mismo tengo dudas sobre todo, todo lo que creí saber se ha vuelto confuso. Tenía el mismo plan desde que tenía trece años y desde que te conocí ese plan ya no tiene ningún sentido para mí. Lo único que sé con seguridad ahora mismo es que no soporto estar lejos de ti. Siento que mi vida comenzó cuando te conocí, nada de lo anterior importa. Ya no consigo imaginar mi vida si tú no estás en ella.
Ary la besó con fuerza, abrazándose a ella.
-¿Qué has hecho conmigo?-preguntó Ary.
-¿A qué te refieres?.
-Soy tuya, y ni siquiera me di cuenta como pasó. Soy tuya, Avery, ahora mi felicidad depende de ti.




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