viernes, 9 de septiembre de 2011

Sé perfectamente lo que debo hacer, pero...no lo hago, no encuentro las fuerzas para hacerlo.
Esos ojos, tus ojos...en cuanto encuentro las fuerzas para alejarme, los miro, me miras y se me va la fuerza por la boca.
¡Tortúrame, pégame, ignórame, olvídame, maltrátame!. ¡Haz lo que quieras de mí, pero, por favor, no me mires!. No me mires con esos ojos en los que me pierdo, en los que me olvido de mi nombre, y hasta de quién soy, esos ojos profundos que me atrapan y me desarman sin compasión, sin darme la oportunidad de escapar.
¿Qué estás haciendo conmigo?.
¿Cómo puedes tenerme de ese modo y yo no tenerte a ti?.
Ignórame, por favor, ignórame, y sobre todo, sobre todas las cosas, no me mires.

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