lunes, 19 de septiembre de 2011

Go forth

Tu vida es tu vida
No dejes que sea golpeada contra la húmeda sumisión
Mantente alerta
Hay salidas
Hay una luz en algún lugar
Puede que no sea mucha luz pero vence a la oscuridad
Mantente alerta
Los dioses te ofrecerán oportunidades
Conócelas, tómalas
No puedes vencer a la muerte pero puedes vencer a la muerte en vida, varias veces
Y cuanto más a menudo aprendas a hacerlo, más luz habrá
Tu vida es tu vida
Conócela mientras la tengas
Tú eres maravilloso
Los dioses esperan para deleitarse en ti












domingo, 18 de septiembre de 2011

Mi tormenta favorita

Acércate, no hay forma de frenar,
para ya mis sueños inevitables,
me puedes curar este silencio insoportable,
tuve miedo de mi, quise escapar de ti,
quise apagar con gasolina el fuego,
vas desafiando con tus alas a la gravedad, con tu fuerza infinita,
me pierdo en tus ojos y me vuelvo a encontrar,
que mi alma me lo grita, eres mi tormenta favorita.
A dónde quieras ir te seguiré, serás mi luna en los caminos oscuros, yo creo en ti, y me soltaré de mi pasado y mi futuro.
Hazme despegar...



lunes, 12 de septiembre de 2011

Trabajos de Simon Casas

Estos son algunos de los trabajos de Simon Casas, el chico que se va a encargar de las ilustraciones de mi nuevo libro.




When you smile the whole world stops and stares for awhile, cuz girl, ur amazing just the way you are.

Tropezando cada vez que me sonries...

viernes, 9 de septiembre de 2011

Sé perfectamente lo que debo hacer, pero...no lo hago, no encuentro las fuerzas para hacerlo.
Esos ojos, tus ojos...en cuanto encuentro las fuerzas para alejarme, los miro, me miras y se me va la fuerza por la boca.
¡Tortúrame, pégame, ignórame, olvídame, maltrátame!. ¡Haz lo que quieras de mí, pero, por favor, no me mires!. No me mires con esos ojos en los que me pierdo, en los que me olvido de mi nombre, y hasta de quién soy, esos ojos profundos que me atrapan y me desarman sin compasión, sin darme la oportunidad de escapar.
¿Qué estás haciendo conmigo?.
¿Cómo puedes tenerme de ese modo y yo no tenerte a ti?.
Ignórame, por favor, ignórame, y sobre todo, sobre todas las cosas, no me mires.
All that i am
All that i ever was
It's here in your perfect eyes
They're all i can see
If i lay here
If i just lay here
¿Would you lie me and just forget the world?

miércoles, 7 de septiembre de 2011

La historia del ser cálido y el ser gélido

Esta es la historia de dos seres totalmente opuestos, uno era el ser del fuego, del calor, la energía para que el sol brille; el otro era el ser del frío, del hielo, de lo gélido.
Un día sus caminos se cruzaron, el ser cálido, curioso y travieso se adentró en el palacio de cristal, hielo y granito del ser gélido, encontrándolo en el corazón de sus profundidades y enamorándose perdidamente de él nada más verlo.
El ser cálido le declaró su amor al ser gélido, rogándole que su amor fuese correspondido.
-Te entregaré mi amor, ser cálido, solo si pasas una serie de pruebas.
El ser cálido preguntó cuales eran esas pruebas, jurando que fuese lo que fuese lo afrontaría, decidido a conseguir el amor del ser gélido.
-Tráeme un diamante púrpura de las profundidades de la selva de África.
El ser cálido sabía que aquella tarea no sería fácil, ya que cualquier cosa que entraba en contacto con su piel se fundía; aún así fue cruzando el cielo, dejando una estela de humo y fuego en el aire, rumbo a África, internándose en la selva y buscando el yacimiento del preciado diamante púrpura.
Lo intentó una y otra vez, fundiendo todos los diamantes que tocaba con sus manos, hasta que recordó una cosa, cerca de allí crecía un tipo de árbol de dura y fuerte corteza como roca, cogió un trozo y con cuidado colocó el diamante sobre la corteza, consiguiendo así el diamante y volando de vuelta al castillo para entregárselo a su amor.
-Ahora tienes que renunciar a todo lo que eres, a tus principios, a tus creencias, a tus manías, a tus costumbres, abandona todo lo que eres y sé lo que yo quiero.
-Abandono todo lo que soy, porque ahora todo lo que soy eres tú-dijo el ser cálido.
-Una última cosa y mi amor será tuyo para siempre, abandona al arcoiris para siempre, no vuelvas a acercarte a él, ni a visitarlo.
-¡No puedo hacer eso, el arcoiris es mi amigo desde hace miles y miles de años!.
-Ya no lo necesitas, a partir de ahora yo seré tu mundo, todo girará en torno a mí.
El ser cálido aceptó, con todo el dolor de su corazón, ya que el arcoiris había sido su amigo desde que le alcanzaba la memoria, con el que le gustaba charlar meses enteros cada vez que subía al cielo a recargar de luz y calor al sol.

Pasadas las tres pruebas, el ser gélido le entregó su amor, y a partir de ahí fueron inseparables. Los momentos de amor no pararon de sucederse, el cariño y la ternura.
Hasta que un día todo empezó a cambiar, el frío del ser gélido empezó a congelar al ser cálido, congelándolo con su indiferencia, su desprecio y sus mentiras.
Poco a poco el ser cálido se fue apagando, volviéndose un ser triste de aspecto negruzco y chamuscado, carente de la luz y la vida que había tenido antes. Siempre tenía frío y a causa de la prohibición de volver a ver al arcoiris no podía subir a recargar al sol, apagándose este y convirtiendo el mundo en una noche eterna y gélida.
El amor y el cariño se trocó en desprecio, dolor y mentiras, hasta que finalmente el ser gélido se cansó del ser cálido, desterrándolo de su castillo para siempre.
El ser cálido, destrozado y apagado volvió a su hogar, permaneciendo enclaustrado durante siglos en su cueva bajo tierra.
Entonces el arcoiris, rompiendo todas las normas de la tierra, bajó del cielo y fue hasta el ser cálido, animándolo a seguir adelante y a volver a ser la luz de la tierra.
El ser cálido volvió a subir al cielo y encendió el sol, encendiéndose el mismo de nuevo, pero entonces el ser gélido, aburrido en su castillo de granito y hielo reclamó la atención del ser cálido, abriendo de nuevo las heridas del ser cálido y echando sal en ellas, para que le escociesen y no olvidase que sufría por él, volviendo para torturarlo y al comprobar que el ser cálido seguía sufriendo por él, volvía a marcharse.
Y así, cada vez que el ser cálido iba cerrando sus heridas, el ser gélido volvía para volver a abrirlas, sometiendo al pobre ser de fuego  una tortura constante.
Pero un día, de repente, el ser cálido se dio cuenta que las heridas cada vez se iban cerrando con más rapidez y que cuando el ser gélido volvía para herirlo, las heridas eran cada vez menos profundas, hasta que llegó el día que ni siquiera pudo hacerle un arañazo.
-Ya no ejerces ninguna influencia sobre mí, vete por donde has venido, vuelve a tu miserable, vacía y aburrida vida en tu castillo de granito y hielo. No quiero un ser gris y frío en mi vida, un ser sin sentimientos ni consideración y con un corazón de hielo. No seré nunca más tu segunda opción, no seré tu comodín.
El ser gélido no daba crédito a las palabras del ser cálido, de ese ser que hace nada daba la vida por él y que tan seguro pensaba que tenía.
El ser cálido lo desterró de su reino de fuego con una gran llamarada que lo dejó semi derretido, marchándose el ser gélido goteando hielo de su propio cuerpo.
El ser cálido, ahora más fuerte, brilló más que nunca, haciendo al sol brillar como nunca antes, sin saber que miles de seres cálidos como él poblaban la tierra, dispuestos a entregarle su amor sincero y puro, a él, al rey de los seres cálidos.