martes, 5 de julio de 2011

Hacia rutas salvajes

Es el título de un gran libro que me marcó, una gran historia real que dio como resultado una gran película con el mismo título, dirigida por Sean Penn y protagonizada por el gran Emile Hirsch.
Cuenta la historia de Chris McCandless, un jóven muchacho de Washington, de familia acomodada y con una gran inteligencia, pero con una gran carga moral por lo material, con espíritu nómada e indomable, que después de graduarse en una gran universidad donó todo el dinero de su beca a una fundación para niños sin hogar, cogió su destartalado coche que no había querido cambiar y sin decir nada a sus padres ni su hermana se lanzó a la carretera, recorriendo durante años las profundidades de Estados Unidos, sin un solo dólar, viendo mundo y conociendo gente.

Durante esos años su mayor sueño era internarse en los bosques de Alaska, con solo lo necesario y vivir de la tierra, en armonía con la naturaleza.

Allí encontró un viejo autobus abandonado al que bautizó como "El autobus mágico", en todos sus escritos interminables de sus diarios.
    
Después de pasar semanas en medio de los bosques de Alaska y acabársele casi las existencias decide volver a la civilización pero al intentar cruzar el río por el que había venido se lo encontró rebosado, y en lugar de buscar otro camino volvió al autobus, donde poco a poco se fue quedando sin comida, no conseguía cazar y empezó a comer plantas y frutos que iba recolectando, hasta que murió de inanición el 18 de Agosto de 1992 con sólo 24 años. Muy poca gente sabía dónde estaba y el no recibir respuesta de Chris tampoco les hubiera extrañado, pues el chico era nómada y aventurero y podían pasar meses antes de recibir una carta o postal suya.
Encontraron su cuerpo dos semanas después, metido en un saco de dormir, con claros signos de inanición y rodeado de libros y enseres personales, también encontraron un trozo de madera con la siguiente frase tallada a cuchillo por él:

"Hace dos años que camina por el mundo, sin teléfono, sin piscina, sin cigarrillos. La máxima libertad. Un extremista. Un viajero esteta cuyo hogar es la carretera. Escapó de Atlanta. Jamás regresará. La causa: <<No hay nada como el oeste>>. Y ahora, después de dos años de vagar por el mundo, emprende su última y mayor aventura. La batalla decisiva para destruir su falso yo interior y culminar victoriosamente su revolución espiritual. Diez días y diez noches subiendo a trenes de carga y haciendo autostop lo han llevado al magnífico e indómito norte. Huye del veneno de la civilización y camina sólo a través del monte para perderse en una tierra salvaje.

                                                                      Alexander Supertramp
                                                                             Mayo de 1992"

McCandless adoptó el apodo de Alexander Supertramp, quizá para huir de su propia vida, y todos las personas que lo fueron conociendo a lo largo de su viaje lo conocían como "Alex".
Es la historia de una persona real, de un muchacho inconformista, nómada, con ansias de vivir y ver mundo, con espíritu libre que aborrecía los vienes materiales y la hipocresía.
A mí me marcó su historia, me sentí identificada con él, me emocionó, sentí que lo conocía, que tenía un vínculo con él y sentí unas ganas enormes de vivir y experimentar, de recorrer el mundo, de lanzarme a la carretera, de dejar todo lo inútil atrás, de vivir una vida nómada, aunque claro, no en un extremo como el de Chris, que ni siquiera quería dinero, pasó hambre y frío y tuvo ese trágico final por perderse en medio de los bosques de Alaska con lo justo.
En 2007 Sean Penn llevó el libro al cine, creando una película perfecta, con el actor perfecto para encarnar a Chris, con una banda sonora magnífica y mostrando el hermoso entorno, las emociones de Chris, su espíritu, Penn consiguió que sintiésemos que habíamos hecho el camino con Chris, a través de una película.
Es una película hermosa, emotiva y reconfortante, a pesar del trágico final, la recomiendo a todo el mundo, hace que veas la vida con otra perspectiva; sin duda, una de mis películas favoritas.
Porque todos llevamos un Chris dentro...